En torno a las 10 horas comienza el primer evento de la Tomatina. Es el «palo jabón», similar a la cucaña, que consiste en subir un a poste engrasado con un jamón en la parte superior. Mientras esto sucede, el grupo trabaja en un frenesí de cantar y bailar mientras se duchan con mangueras. Una vez que alguien es capaz de soltar el jamón del palo, se da la señal de inicio. La señal para el comienzo se da a eso de las 11, cuando suena la carcasa, y comienza el caos. Varios camiones lanzan los tomates en abundancia en la Plaza del Pueblo. Los tomates proceden de Extremadura, donde son menos costosos y se cultivan específicamente para estas fiestas, ya que no son de buen gusto para el consumo. Para los participantes se recomienda el uso de gafas protectoras y guantes. Los tomates deben ser aplastados antes de ser lanzados para que no dañen a nadie. Después de exactamente una hora, la lucha termina al disparo de la segunda carcasa anunciando el final. Toda la plaza queda teñida de rojo y se forman ríos de jugo de tomate. El proceso de limpieza de las calles lo realizan camiones de bomberos. Los participantes aprovechan las mangueras que les ceden los vecinos para quitarse el tomate pegado al cuerpo. Algunos se acercan al charco de “los peñones” para lavarse. Tras la limpieza, las calles del pueblo, que son de adoquín, quedan impolutas debido a la acidez del tomate que desinfecta y limpia a fondo todas las superficies.

Historia

Todo comenzó el último miércoles de agosto del año 1945, cuando unos jóvenes tomaban el fresco en la plaza de Buñol. La tarde no prometía mucho, así que los chicos decidieron hacerse un hueco dentro de la comitiva de un desfile con músicos, gigantes y cabezudos. El ímpetu de los jóvenes hizo que cayera un participante que, presa de la ira, empezó a golpear todo lo que encontraba a su paso. Por un capricho del destino, allí había un puesto de verduras que fue pasto de la multitud enfurecida: la gente empezó a tirarse tomates de unos a otros hasta que las fuerzas del orden público pusieron fin a aquella batalla vegetal.
Al año siguiente, los jóvenes repitieron el altercado de forma voluntaria y llevaron los tomates de su casa. Aunque la policía disolvió en sucesivos años la reciente tradición, los chicos, sin saber nada, habían hecho historia. La Tomatina fue prohibida a principios de los 50, cosa que no disuadió a sus participantes que llegaron a ser, incluso, detenidos. Pero el pueblo habló y la fiesta volvió a permitirse, uniéndose más participantes y tornándose cada vez más frenética.
La fiesta fue, de nuevo, cancelada hasta 1955, cuando, en señal de protesta, se celebró El entierro del tomate: una manifestación en la que los vecinos portaron un ataúd con un gran tomate dentro. El desfile se acompañó con una banda de música que interpretaba marchas fúnebres y su éxito fue total. Finalmente, en 1957 se permitió la Tomatina y se instauró la fiesta de forma oficial. Desde entonces, es el Ayuntamiento de Buñol el que organiza y promociona esta curiosa batalla que les ha hecho mundialmente conocidos.

La fiesta comenzó a ser popular en el resto de España gracias al reportaje de Javier Basilio, emitido en el programa de Televisión Española Informe semanal. Desde 1980, el Ayuntamiento es el proveedor de tomates a los participantes que, año tras año, aumentan en número y entusiasmo. El éxito ha llevado a que la Tomatina de Buñol sea considerada desde Agosto de 2002 Fiesta de Interés Turístico Internacional por la Secretaría General de Turismo.

Las Reglas

Si quieres que la Tomatina siga siendo divertida y se discurra sin problemas sigue las normas que el Ayuntamiento de Buñol te propone:
• No entres botellas ni objetos duros; puedes producir accidentes y daños a tus compañeros de batalla
• No rompas ni lances camisetas
• Aplasta los tomates antes de lanzarlos; el golpe será menos contundente
• Mantén una distancia prudencial con los camiones
• Deja de lanzar tomates cuando oigas el disparo de la segunda carcasa
Consejos Practicos
En la Tomatina siempre te divertirás, pero, si quieres que sea inolvidable, atiende a los siguientes consejos que te damos:
• Elige zapatillas cerradas a las que no tengas mucha estima y anúdatelas a las piernas; las chanclas puedes perderlas
• Lleva ropa vieja o que no vuelvas a usar más; lo más probable es que acabe rota
• Las gafas de bucear pueden venirte muy bien. El ácido del tomate pica mucho en los ojos, pero limpia la piel que da gusto
• Si quieres echar fotos, utiliza una cámara resistente al agua
• No te subas rejas, ventanas, pilares, etc. para ver mejor: serás el blanco de todos los tomatazos
• Si eres de fuera y tienes que hacer noche, no olvides buscar alojamiento con antelación
• No te pierdas el palojabón: un poste untado en jabón y del que cuelga un jamón. El que consigue llegar a él, se lo queda
• Y, por supuesto, disfruta al máximo. Es una gozada hacer algo tan absurdo como dar tomatazos a diestro y siniestro durante una hora

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